21 de junio de 2012



La Comezón de los Veinte


En estos días filosofando acerca de la vida, estuve en una ardua y extensa conversación  con varios panas sobre las frustraciones a nuestra edad, que en definitiva, se resumen en algunos de estos tópicos: (1) no sabes qué hacer con tu vida, (2) increíblemente preocupado por tu futuro económico (y actual), (3) le echas un camión de bolas a las vainas y no obtienes resultados satisfactorios, (4) quieres estar en una relación porque te sientes solo o nunca te has enamorado, pero al mismo tiempo no, porque aún no  estás preparado para un compromiso tan serio y no quieres verte amarrado a alguien y calándote peos por gusto (¡y ni pensar en hijos o matrimonio!). En fin, mientras pensaba en todo eso, me puse a buscar en la web a ver si este problema, tenía algún nombre psicológico… sucede que sí, se llama “Crisis del Cuarto de Vida”… les cuento que mientras leía los síntomas y asentía enloquecidamente, me iba sintiendo mejor, sabiendo que algún día este “síndrome” se me iba a pasar , hasta que caí en cuenta que no es así, sino mucho peor, porque va a ser sustituida por otra crisis que se llama “los treinta”.

Si se fijan bien, no vamos a ganar ni una, mientras pasan los años, los problemas y frustraciones van aumentando a la par. Pero bueno, retomemos el tema central: los veinte. Acontece que cuando sales de la Universidad y te gradúas, lo primero que piensas: “ajá, ¿y ahora qué hago?”… a lo que inquisitivamente tu madre responde: “búscate un trabajo, para que te mantengas y más nunca en tu vida me pidas plata”…entonces, tú sales con tu maletica y currículo bajo el brazo, danzando felizmente hasta que: ¡¡¡BUM!!! (inserte aquí: coñazo y pata´ por el culo)  ¡No hay trabajo! o si consigues, te quieren pagar una miseria. Por lo que, te saldría mucho mejor invertir en un cursito de malabarismo para entretener a la gente en el semáforo.

La cuestión es, que después de haberte calado cinco años en la Universidad, el título no te está sirviendo para nada (y NO son sólo los títulos de Comunicación Social, puesto que tengo panas ingenieros, que están pelando bolas también…lo digo, por los cabezas de chola que dicen que es nuestra carrera). Aclarado esto, prosigo… el punto es que la universidad no te enseña cómo prepararte en el mundo laboral en lo absoluto. Son millones los egresados cada año y hay pocos puesto de trabajo, sumándole a eso: la ardua competitividad, las condiciones económicas y políticas del país; y la “palanca venezolana”, así  como lo leen, la bendita “palanca”.

…Y aquí viene la bueno… un día andas paseando por la ciudad y te encuentras al tipo más inservible, vago, y bruto con el que estudiaste. De pronto, el susodicho te cuenta que está trabajando en una vaina arrechísima, ganando súper bien, porque es el hijo de no sé quién o conoce a alguien que trabaja allí y lo metieron.  No muere allí, tú pensando… “bueno, qué de pinga que a pesar de todo, le va bien”, vas y le preguntas si le gusta, que qué tal las responsabilidades en el trabajo, y el carajo viene y te responde que le da ladilla, que echa burda de carro y que igualito le pagan porque ta´ palanqueado… ¡PANA, QUÉ INDIGNACIÓN!

Segunda parte: luego, que te das cuenta que no te emplearan en nada,  te las ingenia para ver que negocito puedes montar y que soluciones le encuentras al problema, pero no es tan fácil, puesto que necesitas real para comprar equipos, para montar una empresa, etc, etc, etc. No busco desalentar a nadie, tenemos que echarle burda de pichón, no nos queda de otra. Así que ¡manos a la obra! que créanme esta experiencia les va a dejar muchas cenicitas en el camino. 
   
Postdata: Disculpas a mis queridos amigos de impresos, que de seguro estaban “editando” mi redacción, pues sí, les doy la razón “impresos si es verdadero periodismo…” (inserte aquí: SARCASMO)


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